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Arcos de la Frontera, fortaleza defensiva
Arcos de la Frontera es una localidad asomada a dos anfiteatros naturales, modelados por su río Guadalete, que al transcurrir por la zona caliza ha llevado a cabo una acción de erosión, la cual ha dado lugar a estos dos tajos de gran envergadura. Su río, este ha sido el causante de que este pueblo haya sido tan importante a lo largo de la historia, por el que tantas generaciones diferentes eligieron plantar aquí sus bases. Romanos, Árabes y Cristianos, tras su paso dejaron miles de huellas que a día de hoy aún perduran.
Este trayecto nos dará a conocer su arquitectura defensiva, la importancia de su río a nivel económico, el cuál alberga en sus orillas hasta cuatro molinos. Es una ruta cómoda, que nos permitirá contemplar en todo momento su belleza desde su exterior, a través de sendas que transcurren por un bosque de galería paralelo al río.
Esta ruta es una ruta de baja dificultad, que premia con unas vistas increíbles de la localidad, su objetivo es dar a conocer la arquitectura del pueblo que dio origen a su historia, todo ello, a través de una senda que rodea al pueblo, y transcurre por un bosque de galería paralelo al río.
Esta senda nos dará la oportunidad de obtener una vista global de la localidad, y también nos permitirá acercarnos a la parte baja de sus dos tajos. La ruta transcurre principalmente en zona sombría, así que es apta para realizarla todo el año.
Durante el recorrido podremos ver los dos tajos, los muros que cerraban la ciudad, una de sus entradas, el último barrio Árabe a donde quedaron renegados estos tras la toma de la ciudad por los Cristianos, hasta cuatro molinos usados en la antigüedad para la molida de cereales, e incluso, nos dará tiempo a tomarnos algo, lo cuál será todo un placer poderos invitar, para culminar esta espectacular ruta a lo grande.
